jueves, 18 de junio de 2009

Albano Harguideguy fue trasladado ante el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay para prestar declaración indagatoria




El ex ministro del Interior durante la última dictadura, Albano Harguindeguy fue trasladado en la mañana de hoy jueves al Juzgado Federal de Concepción del Uruguay para declarar sobre delitos de lesa humanidad cometidos en la Histórica y en la ciudad de Concordia. El represor se encuentra actualmente con prisión domiciliaria, por problemas de salud, en el marco de la causa que se tramita en la Capital Federal por el denominado Plan Cóndor.

Por VALENTÍN BISOGNI, de la redacción de Miércoles Digital

Tal como estaba previsto y tras diversos llamados a indagatoria que habían sido postergados, el ex ministro del Interior de la última dictadura cívico-militar, general de división retirado Albano Harguindeguy se presentó a indagatoria ante el Juzgado Federal uruguayense por las causas en las que se investigan violaciones a los derechos humanos tanto en Concepción del Uruguay como en Concordia.

El imputado, que en otras oportunidades se había excusado por motivos de salud, fue finalmente trasladado desde la Capital Federal, en una unidad móvil de terapia intensiva. Harguindeguy arribó antes de las 8 de la mañana y salió del juzgado alrededor antes de las 14 horas, con destino a su domicilio en Buenos Aires.

Actualmente se encuentra detenido en el marco de la causa en la que se investigan delitos de lesa humanidad en el denominado Plan Condor, mediante el cual las dictaduras del Cono Sur coordinaban tareas represivas y la persecución de militantes políticos. En febrero de 2008 la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires había recibido denuncias de que Harguindeguy no cumplía su detención domiciliaria ya que había sido visto veraneando en la ciudad de Pinamar.

REPRESOR CONFESO
El ex ministro de Interior de Jorge Rafael Videla, tenía dentro de su orbita los centros clandestinos de detención de las diferentes fuerzas de seguridad entre ellos los de la Policía Federal Argentina, tal es el caso de la delegación uruguayense en la que en 1976 fueron secuestrados y torturados estudiantes secundarios y dirigentes políticos. De allí su responsabilidad jerárquica y la imputación en dichas causas.

En el año 2003, el propio Harguindeguy había reconocido para la televisión francesa (en el documental Escuadrones de la muerte. La Escuela Francesa) que no estaba arrepentido de lo sucedido: “Hicimos lo que correspondía, en cumplimiento del deber militar. Empezamos bajo un gobierno constitucional y seguimos en un gobierno de facto. Las Fuerzas Armadas deben decirle al pueblo argentino: nosotros los libramos de ser un país marxista. Tengo que reconocer que ometimos errores. Si no cometiéramos errores seríamos dioses. Qué aburrido sería un país gobernado por los dioses, sin pecado, sin delito”.

Además había manifestado que a diferencia de Argelia, en la Argentina “cada desaparecido tenía padres, hermanos, tíos, abuelos, que actuaron políticamente con un gran resentimiento, natural. Mientras los que murieron en lucha o en combate o que se supo y fueron identificados, no ocasionaron reclamo de ninguna naturaleza. El problema, dice el informe mío, son los desaparecidos”. De este modo, según destacó el periodista Horacio Verbitsky en el diario Página/12 del 2 de septiembre de 2003, Harguindeguy retoma un rancio debate entre facciones internas de la dictadura. Ninguna repudió los métodos que todas practicaron con criminal entusiasmo, pero algunos tuvieron mayor previsión sobre las consecuencias.

Entre otras cosas, el ex ministro, también había reconocido: “No sé si los oficiales que estuvieron en la Escuela de las Américas, que tienen mi edad, que estamos más allá del bien y del mal, podrán decir si recibieron enseñanza específica sobre tortura, pero sobre la forma de interrogar seguro que sí”.


Foto:
V.B.

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